Muchas veces a las personas les pasa que deben encontrar su lugar en el mundo para poder explotar y mostrarse al límite de su máximo rendimiento. Y Gervasio Núñez (27 años) parece haber hallado en Junín (Buenos Aires) ese sitio para expresar con la camiseta de Sarmiento un fútbol de enorme despliegue y lujos continuos. De hecho, el Yacaré es el goleador del equipo con seis anotaciones (nueve en 23 juegos contando la B Nacional) dentro de un equipo que es el más destacado de los ascendidos a la Primera con sus 15 puntos. Es por eso que el ex Rosario Central, donde compartió Inferiores con Angel Di María en la categoría 88, no oculta su alegría. “Acá estoy muy cómodo, es una ciudad tranquila y la gente siempre se acerca a la cancha a disfrutar”, confiesa. Y en relación a Angelito, le consulta surge de inmediato. La respuesta de Núñez tampoco demora: “Acá me eligen a mí antes que a él, olvidate, ja”.
-Bueno, Marcelo Trivisonno (DT de la sexta del Canalla), en su momento también se quedaba con vos y él iba al banco.
-Sí, es muy loco pensar cómo creció él en todos estos años para llegar a ser un jugador de la elite mundial. Como vos decís, en Central me tocaba estar de titular a mí. Aunque algunas veces compartíamos el equipo desde el arranque porque yo jugaba de delantero.
-De hecho, perdiste el lugar por irte a Formosa unos 10 días, ¿no?
-Claro. Me tocó viajar por un problema personal y cuando pegué la vuelta, Angel se había ganado la posición y no salió más hasta que don Angel (Zof) lo subió a Primera en el 2005. Esa categoría tenía varios jugadores que han llegado lejos como Ezequiel Videla (Racing), Milton Caraglio (Vélez) y Emiliano Vecchio (Colo-Colo, de Chile). La verdad que éramos un gran plantel, por suerte varios anduvieron bárbaro.
-Volvamos al presente, ¿qué te llevó a dar ese click en la cabeza para tener semejante nivel?
-La verdad es que he madurado mucho después de jugar afuera (Wisla Cracovia de Polonia y Rangers de Chile) y de haber sido padre hace nueve meses. Esas cosas me ayudaron para madurar. Antes era muy chico y uno cuando es pibe algunos errores que no le permiten desarrollar todo lo que puede dar dentro de una cancha.
-Sergio Lippi, entrenador del Verde, ¿cuánto tiene que ver?
-Bastante, no sólo en mí sino en todos los chicos, porque cuando él vino en la B Nacional estábamos mal (dos empates y dos derrotas) y como conocía bastante al plantel pudo ayudarnos para dar con el camino que nos llevó a ascender. Es un tipo muy trabajador y serio.
-Vos con él pasaste a jugar en otro puesto que el que ocupabas con Roberto Trotta, ¿por qué?
-Exacto. Antes lo hacía de volante izquierdo pero con Sergio comencé a ser parte de un triángulo en el mediocampo, siendo el más adelantado y el que se encarga del manejo de la pelota. La verdad que disfruto más de esa forma.
-¿Y ahí empezaste a estar más cómodo?
-Algo así. Soy un futbolista al que le encanta pisar el área, tener chances de gol, tocar la pelota durante los partidos. Me siento más cómodo de esa manera.
-También te gusta tirar lujos: sos de los que más lo hace en Primera, y hasta con Unión soltaste un gran pase de rabona.
-Ja, eso me pasó porque la derecha la tengo para caminar. No me quedó otra que usar ese recurso. Aunque es hermoso meter un caño, un enganche o un pase para que los compañeros queden de cara al gol. Pero ojo, yo no lo hago porque sí, mi idea siempre es que sea productivo y con eso entretener a la gente que paga una entrada para ver un espectáculo.
-Pensando en Sarmiento, que hoy es el que mayor cantidad de puntos sumó entre los diez que subieron, ¿cuál es el objetivo?
-Más allá de haber conseguido un buen arranque en el primer tercio del campeonato, seguimos apuntando a salvar la categoría. Después, una vez que se tenga eso, veremos si podemos ir por algo más. Por ahora estamos muy tranquilos porque de a poco nos vamos asentando. Sabemos que no es fácil esto, faltan 20 fechas y debemos continuar como en los últimos partidos.
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