El autor del 1-0 de Sarmiento destacó el valor de la victoria ante River y explicó cómo surgió su festejo a lo CR7...
"Estuve cerca del segundo, ja”, sonríe Guido Mainero en el corazón del Monumental, recordando el bombazo que se estrelló en el palo derecho de Franco Armani y que pudo haber llevado a Sarmiento a repetir el score de la que -hasta anoche- era su única victoria frente a River, aquel 3-1 del 15 de enero de 1983, en Junín.
Guido Mainero abrió el partido. (AFP)El volante de 27 años viene de ser la figura de “un partido casi perfecto” de su equipo: si quedó conforme en un 99% fue porque “el gol de ellos no nos dejó irnos con el arco en cero”. Pero, a la larga, el cordobés recordará la última noche de julio de 2022 como su gran partido, redondo, más allá del clanc que le impidió el doblete.
Versátil ex delantero que retrocedió a posición de volante cuando saltó a Primera a los 18 años, de cuna futbolera en Instituto, fue comprado por Vélez en 2017, un club que aún posee su ficha y que lo ha ido cediendo para ganar minutos: primero, a Defensa; luego, a Iquique de Chile; y, ahora, a Sarmiento, donde por primera vez fue titular en el campeonato. ¡Y con qué nivel!
Tuvo la velocidad para participar en la gestación y en la definición de la jugada del 1-0, previa habilitación de Martínez y ante un fondo indefenso de River. Se trató de un tiro preciso y suave que hizo banda en la base del poste y se metió con suavidad en el arco de Franco Armani. Y Mainero celebró en modo Cristiano Ronaldo. ¿El motivo? "Ahí los chicos me empezaron a joder al inicio del campeonato con el Bicho, con el Bicho... Me tocó hacerle un gol a Gimnasia, lo festejé así y hoy (por el domingo) también, je", explicó GM8...
“Uno trabaja siempre para el bien del equipo, me tocó estar de entrada pero siempre apoyando: este grupo se caracteriza por eso. Todos están al pie del cañón. Y al que le toca entrar da el máximo. Por suerte salieron las cosas”, disfrutó la victoria de los juninenses y la suya. Porque además de haber marcado uno y de haberse perdido otro, Mainero mostró un gran despliegue, fricción para intentar desactivar acciones, pericia en el juego aéreo y una asistencia, la del segundo gol.
Sí: fue él el que pateó ese corner que Andueza cambió por gol ante una dubitativa reacción de Armani. “En una cancha difícil nos plantamos, hicimos nuestro juego y ganamos”, resumió el partido, que no habrá sido perfecto pero que, sin dudas, recordará para siempre...
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