Los pésimos arbitrajes que se vienen sucediendo fecha tras fecha en la Liga Profesional de Fútbol Argentina y que cada vez quedan más en evidencia la ineficiencia, impericia, falta de capacidad y negligencia de la casta arbitral que genera una defensa corporativa descarada de parte de la doirigencia de los árbitros, otra vez quedó demostrada en un partido jugado por el verde.
Una jugada sobre el final del partido entre Sarmiento y Arsenal en Junín tuvo varias polémicas. Un centro frontal a favor de los locales terminó con gol de Toledo tras una pelota perdida por el arquero Alexander Medina. Sin embargo, el árbitro Nelson Sosa anuló el 2 a 0 por un supuesto foul sobre el uno del equipo del Viaducto.
Allí se armó una discusión entre los jugadores en la que Souto, volante de Arsenal, le tiró una piña a Toledo, que fue muy evidente, aunque no llegó a impactar de pleno en el rostro del delantero.
El partido estuvo demorado por varios minutos y el árbitro Sosa fue al monitor. La única jugada que revisó fue la de la agresión de Souto, y decidió que solo era amarilla. Sin dudas, un error.
Ni siquiera observó el gol anulado, que fue absolutamente legítimo porque claramente se verificó que no hubo desplazamiento ni sujeción a Medina. ¿Qué pudo haber pasado? Si el juez sancionó la falta antes del remate de Medina, el VAR no puede intervenir, porque la infracción que se cobra es anterior al gol. Si Sosa sancionó la falta después del gol, allí habría más responsabilidades porque desde la cabina deberían haberle avisado a Sosa que el gol fue legítimo.
Sarmiento volvió a ser perjudicado como en la fecha anterior, cuando el equipo conducido por Israel Damonte perdió 1 a 0 ante Tigre en Victoria y no le convalidaron un claro penal por una mano de Cardozo.
De todas maneras, el equipo bancó el 1 a 0, lo que evitó que la polémica se potenciara.
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