El capitán de la Selección dijo que su deseo era regresar para jugar en Newell´s, pero que la situación actual se lo impide. "Primero están mis hijos y después yo", sostuvo
La extensa nota de Lionel Messi con TyC Sports lo llevó por diferentes tópicos. Y uno de ellos fue la posibilidad de, antes de que decida colgar los botines, volver a vivir en Argentina y lucir profesionalmente la camiseta de Newell´s que lo cobijó cuando era un proyecto de futbolista. Pero su discurso, una espesa descripción sobre la situación del país en cuanto a seguridad, terminó desalentando las esperanzas de los hinchas de la "Lepra". "Mi deseo es que tengamos una Argentina mejor, que podamos vivir con seguridad, con tranquilidad. Muchas veces dije que mi sueño es jugar en Newell´s, pero no sé qué va a pasar. Y una parte de ese no sé qué va a pasar es por el momento del país, también", prologó su pensamiento.
"Tengo una familia, y primero están mis hijos y después yo. Quiero que crezcan tranquilos, pudiendo disfrutar de la vida con seguridad. Es muy feo ver las cosas que pasan en Argentina. Salir y que, por querer robarte, te puedan llegar a matar. Vos ves todas esas cosas y decís: cómo voy a llevar a mis hijos ahí si en Barcelona tengo todo", desarrolló sus temores ante una hipotética vuelta. He ahí, entonces, más allá de la danza de números y de la pertenencia que tiene con el "Blaugrana", uno de los factores que lo llevaron a renovar su vínculo con la institución en la que descuella hasta el 30 de junio de 2021.
Claro que está lo que le dicta la razón y la comodidad, y el deseo, que se adivina ferviente: "Lo que más quiero es vivir en Argentina, disfrutar todo el tiempo que no tuve de chico, que mis hijos crezcan en Argentina y cumplir mi sueño de jugar en Newell´s. Mi sueño es una Argentina unida; lamentablemente la sociedad en Argentina no es la mejor y es entendible por todas las cosas que pasa uno en el día a día".
De alguna manera, ese compromiso con el país, tal vez potenciado por la distancia, lo llevaba a autopresionarse en exceso, hasta perjudicialmente. "Era no ganar un partido y no salir a la calle. No jugar bien y querer encerrarme y no hablar con nadie. Hasta que formé mi familia y tuve hijos y eso me hizo dar cuenta de que la vida es otra cosa, no pasa solo por el fútbol. Es un deporte en el que todos queremos ganar; a veces se da, a veces no. La vida hay que disfrutarla y vivirla, porque es lo mas lindo que hay", le abrió la puerta a la filosofía que hoy cultiva.
Eso sí, en su mente persiste la voluntad de ganar el Mundial. Y en ese afán tracciona fuertemente, otra vez, la gente, sus compatriotas. "Quiero ganar. Lo intentaré y lo seguiré intentando. Pasó en 2014, que la gente de Argentina se volcó muchísimo a la calle y, más allá de no haber sido campeones, la gente tuvo una alegría impresionante. En ese mes se olvidó de todos los problemas", concluyó.
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