La imagen de Harrinson Mancilla llorando sobre el hombro de su entrenador Israel Damonte, que lo contiene y consuela, está dando la vuelta al mundo para ilustrar una de las peores noticias de este domingo. En verdad, Mancilla lloraba de dolor y frustración: acababa de entrar para jugar menos de diez minutos y, en un lance del partido, tuvo una mala caída y se lesionó un brazo. El DT lo tuvo que reemplazar.
Pero esa imagen de Mancilla llorando quedó asociada a la otra herida, la que le infligieron casi en seguida desde la platea de Platense, cuando se dirigía con su tristeza a cuestas al banco y le gritaron insultos racistas, vinculados a su condición de colombiano de raza negra. Esa es la info que anoche se replicaba por todas partes.
Hinchas de la misma platea reprueban al que insultó a Mancilla.
Suplentes, cuerpo técnico y auxiliares de Sarmiento, el equipo de Mancilla, saltaron a defender a su jugador, y hasta cruzaron al plateísta agresor, lo señalaron y fuerzas de seguridad se acercaron a llevárselo de la platea.
Casi no hay ya nuevos comentarios o calificativos para quienes vomitan expresiones discriminatorias; en todo caso, recordar que el ámbito futbolero no ha hecho su deconstrucción cultural y sigue creyendo que la cancha, durante un partido, suspende todo valor, la educación, el significado de las cosas, y cualquier barbaridad se disculpa en que el insultado es un enemigo, juega para el otro.
Algo nos puede inducir a pensar que no todo está perdido. Cuando los demás plateístas de Platense identificaron al ofensor, ellos mismos fueron a reprochárselo. Esta última es también una conducta inusual que podría devenir un gesto de salud social, el principio de algo.
No estaría mal que el club hiciera ver con alguna declaración y alguna medida, que Platense se parece más a esos hinchas que reaccionaron, que al desubicado que todavía no entendió el tiempo y el mundo en que vive.
El banco de Sarmiento apuntando hacia el agresor en la platea.En el minuto 83 Harrison Mancilla ingresó al campo de juego pero en el descuento debió ser reemplazado por una lesión en el brazo a causa de una caída tras una infracción.
Cuando salió, Israael Damonte lo abrazó pero desde la platea empezaron a insultarlo por su color de piel y nacionalidad.
Damonte y el Pata Castro fueron los primeros en saltar ante los gritos y todo el banco de Sarmiento acompañó el reclamo. Mientras, Castro le hacía señas a la policía marcándole quién había sido el autor de los insultos y frases racistas. Trucco terminó el partido inmediatamente.
En conferencia de prensa, el director técnico de Sarmiento, Israel Damonte expresó: "Me da vergüenza ajena repetir lo que le gritaron, son cosas que gritan siempre los boludos. Cada vez tenemos más en este país, una cosa que contagia... Pero bueno, por suerte ahí también hubo gente de Platense que habló y le recriminaron porque lo escucharon todos. En esta época hay cosas que ya pasaron y volver al pasado no es bueno para nosotros como sociedad y para todos los que estamos en este deporte".
Sarmiento expresó en sus redes el repudio a las acciones de los hinchas del Calamar.
La comisión directiva, socios y simpatizantes del Club Atlético Sarmiento repudiamos los insultos discriminatorios de racismo recibidos por nuestro jugador Harrinson Mancilla en el día de ayer, en el estadio del Club Atlético Platense. pic.twitter.com/ljY5tLeNPo
— Club Atlético Sarmiento (@CASarmientoOf) June 27, 2022
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