miércoles, 5 de octubre de 2016

El efecto Caruso Lombardi: tiene una efectividad del 45%

 Caruso Lombardi es el bombero de los equipos de Primera necesitados. Esta vez, en Huracán, el desafío será diferente.


Caruso Lombardi no es un director técnico más en Primera División. Su presencia genera amores y odios, discusiones sobre la filosofía del juego y a veces hasta se discute la "moral" de sus métodos para llegar al resultado. Sin embargo, hay algo que no se puede objetar: su eficacia.

El pasado viernes Caruso aceptó hacerse cargo de Huracán tras la renuncia de Eduardo Domínguez y, lejos de esquivar la pelota, realizó su primera práctica el sábado y el lunes debutó sentado en el banco, llevando al equipo de Parque de los Patricios a su primer triunfo en el campeonato. "Se desmintieron algunos mitos, como la falta de trabajo y tantas sanatas", dijo, tras contretarse el 2-0 ante Atlético Tucumán como visitante.

Huracán es su noveno equipo en Primera División, categoría que siempre acude a él cuando se acaban todos los libretos y el descenso está más cerca de ser una realidad que una posibilidad. Esto no es una casualidad, sino que en su currículum vitae puede ufanarse de haber salvado a seis equipos, casi terminales, de perder la categoría: Argentinos (en 2007 y 2013), Newell's (2008), Racing (2009), San Lorenzo (2012), Quilmes (2014) y Sarmiento de Junín (2016).

Sólo contando los partidos de los equipos de la máxima categoría, recordemos que antes de pegar el salto tuvo un gran recorrido por el ascenso, Caruso dirigió 235 veces, consiguiendo 83 victorias, 67 empates y sufriendo 85 derrotas. En total son 316 puntos, lo que representa un más que respetable coeficiente de efectividad del 44,82%.

Tal vez estos números no parezcan tan espectaculares a simple vista, pero hay que ponerlos en contexto. El entrenador de Huracán siempre fue convocado por equipos muy complicados en la zona baja de la tabla, logrando levantar el nivel en comparación con sus antecesores. Tomemos por ejemplo su experiencia en San Lorenzo: en aquel equipo que salvaría la categoría en la promoción sumó 14 puntos en 10 partidos (46,6% de efectividad), 2 menos que Leonardo Madelón que dirigió al conjunto de Boedo en 13 encuentros aquella temporada (33,3%) y a 1 del las 15 unidades acumuladas por Omar Asad, sobre la misma cantidad de duelos (33,3%).

Todos estos meritos se contraponen, y se ven opacados en varias ocasiones, por sus explosivas declaraciones, peleas con jugadores y choques con dirigentes. Rolando Schiavi, Claudio Husain, Andrés Scotti, Alejandro Domínguez Carlos Bueno, Marcerlo Tinelli y Ánibal Fernández, son algunos nombres célebres que figuran en la lista de enemigos públicos del entrenador. Ni hablar de su recordado "round" con Fabián García, ayudante de Leonardo Madelón, su antecesor cuando tomó el mando en San Lorenzo, cuando lanzó la recordada frase "no me midas".

Pese a esto, y a que en algunos clubes es palabra prohibida, los dirigentes siguen apostando por él cuando necesitan a un especialista en sacar puntos. Más allá de su perfil mediático y su "prontuario" de problemas puertas adentro, la eficacia de su trabajo pesa más en la balanza, generando la confianza para levantar el teléfono y llamarlo en los momentos más desesperados.

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